miércoles, 20 de enero de 2010

El libro electrónico, ¿escopeta de feria?


Parece como si los periodistas de nuestro país tuvieran acciones en las empresas que comercializan los libros electrónicos, dado el sospechoso y desmedido entusiasmo con que nos hablan de ellos. De un largo reportaje que el diario La Vanguardia (25 de diciembre del 2009) le dedicó a la candente materia, con varios artículos y voces opinando, se deduce que lo mejor que podemos hacer es esperar a ver si perfeccionan el funcionamiento del aparato. Lo que supondrá un verdadero disgusto para los consumistas más frenéticos y modernos de guardia. Dos cosas me han llamado la atención, sobre todo: la impresión de que más tarde o más temprano las librerías tengan que convertirse en tiendas de electrodomésticos para vender libros electrónicos, y la opinión a contracorriente de Antonio Cerrillo, quien afirma lo siguiente:.......

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"En el e-book de primera generación no se pueden subrayar frases o palabras, o hacer anotaciones. La pantalla es nítida y de visión relajada, pero cada vez que se pasa la página de un documento word (haciendo un clic hacia la derecha o hacia abajo), un miniparpadeo luminoso distrae la atención, mientras que los sucesivos pases de página se van haciendo lentos y perezosos. Los botones laterales y frontales crean cierta distorsión al tener que apretar en sentido diferente. Cuando se baja un libro de la red, no siempre es perfecto su encaje en pantalla. Y la lectura aún se complica más si el documento está organizado en columnas de texto porque, al ampliarse el zoom, la vista se convierte en un tobogán y el parpadeo aparece como una molesta miniinterrupción que se repite al pasar las pantallas sobre la misma página". En fin, si hay que hacerle caso a Cerrillo, hasta las escopetas de feria funcionan mejor...
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Un escritor catalán, ya crecidito, intentaba convencer a los lectores de que se compraran un libro electrónico explicando su propia experiencia. Decía que así no tendría que llevar en la mochila diez libros. Ante un argumento tan concluyente, uno tímidamente se pregunta: ¿quién le obliga a llevar algo tan antiestético como una mochila? ¿Y por qué acarreaba 1o libros nada menos?, ¿acaso se iba a una isla desierta, abandonando el mundo para siempre?
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A ver si alguien que utilice el libro electrónico cuenta su experiencia y nos saca de dudas. Pero sin anonimatos, por favor, a pecho descubierto, como si se lo contáseis a la Guardia Civil, que dice Cela en el Viaje a la Alcarria.
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* El cuadro es de Jean-Michel Basquiat.
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30 comentarios:

Ernesto Calabuig dijo...

Sí, a mí también me choca el ejemplo de la mochila y los diez libros. Uno se mueve más o menos con uno o dos en una maletita y no parece que suponga un problema su traslado ni que hasta ahora necesitásemos la fortaleza del gigante Atlas para ser lectores. Me parece bien que haya entusiastas del e-book, pero que no utilicen el argumento de la liberación de las molestias del "acarreo" de libros. Hay quien dice, como Francisco Rico el otro día, que le gusta el libro electrónico porque así no tiene que levantarse y caminar hasta las estanterías. Bueno, es que conviene levantarse hasta las estanterías, estirar las piernas y hasta dar un paseíto de vez en cuando. ¿O es que otra de las bondades del e-book será el fomento del sedentarismo? De ser así, habrá que ponerlo en conocimiento de las autoridades sanitarias norteamericanas por si acaso causa los trastornos de la manteca de cacahuete y los menús basura. Por el momento, que se sepa, que te acompañe un libro de papel sigue siendo un auténtico gusto.

David Moreno dijo...

No hay que renegar de los avances tecnológicos, ni todo es blanco ni todo negro, pero yo me quedo con el libro en papel, esa magia que se establece entre el lector y el escritor mediante el tacto, el olor, la visión de las hojas de un libro... dudo que la llegue a tener algún día estos e-books.

Un saludo indio

Fernando Valls dijo...

Ernesto, los que conocemos al profesor Rico sabemos que no hay que hacerle mucho caso, a no ser que hable de Petrarca, el Lazarillo, Cervantes y materias similares. Ahora parece estar en una época en la que le gusta hacerse el moderno electrónico. Hay que perdonárselo, está en una edad muy difícil... Pero, ¿cuándo no lo estuvo?

Eduardo Berti dijo...

Hola, Fernando. Paso seguido por aquí pero nunca antes había dejado mensaje, así que aprovecho para felicitarte por el blog.

En cuando al libro electrónico, no he tenido una experiencia personal pero hace poco leí con gran interés la experiencia de Edmundo Paz Soldán, tal como la cuenta en su bitácora.

Me parece un postura equilibrada. Este es el enlace por si quisieras leer su texto:

http://www.elboomeran.com/blog-post/117/8329/edmundo-paz-soldan/teoria-y-practica-del-kindle/

Te mando un abrazo y confieso, tal vez para tu horror, que uso mochila... Aunque nunca he llegado a cargar diez libros, no. A lo sumo tres.

Juan Carlos Chirinos dijo...

No voy a contar experiencia alguna con el lector de e-book, pues no lo tengo; sólo quiero agregar que me parece algo ilógico pagar 300 euros por tener un aparato con el que voy a seguir gastando cuando compre los libros que quiera leer; me parece más lógico, a la vista de las críticas que he leido en muchos lugares, seguir leyendo mis libritos de papel, que todavía tengo muchos por leer en casa; y cuando -como pasó con los móviles- regalen el aparatico junto con algún periódico o por la compra de algún título en especial, pues ya se verá. Me parece que los que promocionan la venta de estos aparatos creen que se trata de algo similar a las consolas (xbox, playstation, etc.), cuya compra es esencial para jugar. Pues no; los lectores de ebok tienen la competencia al lado, el libro de papel. Quizá cuando funcionen con todas la prestaciones de una computadora, un iphone, una palm, etc., sea más rentable su compra. Pero solo para leer libros... ya tengo una cola larga de libros en mi casa que me apetece mucho leer, que me llevará varios años deslaojarla. Y los desesperaos por los gadgets teconológicos que paguen el i+d que conlleva.

Saludos,

Juan Carlos Chirinos

Esther Cabrales dijo...

Llámenme antigua, pero es antiestético leer un libro en un ebook.

Es feo, tanto como hacer el amor con un robot, oh, mic si si mic me gusta mic más mic oh oh.

Los diez libros agrupados en ese aparato es cómodo para llevar de un lugar a otro, pero ¿qué me dicen de poder abrir los diez libros sobre una mesa, poder subrayar, anotar al márgen, dibujar soles y caras con gafas?

Siento ser tan infantil.

Fernando Valls dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.
Eduardo, te perdono lo de la mochila, por tus buenos libros. Lo que no puedo perdonarte, por ahora, es que no me hayas mandado nunca microrrelatos para darlos en el blog. A ver si ponemos remedio.
Juan Carlos, me parece muy bien tu propuesta. Tendremos libros electrónicos cuando los regalen al comprar un bote de Nocilla o una bolsa de pipas.

Manu Espada dijo...

Tengo una compañera que está encantada con ese chisme, habla excelencias de él, pero si a mí me agota ya leer en una pantalla un post largo (a veces me los imprimo en papel para leerlos tranquilamente), no quiero ni pensar lo que sería leerme un libro entero. De todas formas, para los niños en los colegios con los libros de texto será muy útil, ellos sí llevan hasta siete libros en una mochila. Pero, ¿os imagináis cómo cambiaría el mundo editorial?

1. Tendrías que ir a que un autor te firmara un libro cargado con un lápiz óptico y un escáner (en una mochila).

2. El honrado negocio de los marcapáginas se iría al garete.

3. El "honrado" mundo de las fotocopias también se iría al garete (en favor del pen-drive y la piratería, que al fin y al cabo es lo mismo).

4. Los niños pasarían los libros de texto a sus hermanos pequeños sin subrayar ni pintarrajear bigotes en los retratos de Isabel La Católica.

5. Si volvieran los nazis, no podrían quemar libros, en todo caso, meterles un virus.

6. No habría problemas para encontrar libros descatalogados, porque habría bibliotecas eternas de libros virtuales.

7. Las bibliotecas clásicas, en lugar de libros, tendrían tarjetas de memoria y pantallas para leer.

8. No habría libros con la típica mancha de café en una página ni la típica "oreja" de página doblada.

9. No podríamos haber leído las anotaciones a pie de página que ponían nuestros padres en esos libros que leyeron de jóvenes.

10. No nos asustaríamos ante el grosor desmesurado de un libro de Reverte.

11. Etc.

En fin, que aparte de bromas, no hay que negarse a adaptarse a los nuevos tiempos. Antes todos teníamos una enciclopedia en casa que costaba una pasta y ahora tenemos el google. Cuando se inventó la locomotora todos pensaban que se iban a desintegrar a 50 por hora. No creo que la Literatura se desintegre con el libro electrónico, simplemente se adaptará.

Al norte de los nortes dijo...

Yo voy a hacer una pequeña defensa, pienso que el e-book nos viene muy bien para los que tenemos casas itinerantes y de espacio reducido.
Por lo demás, estoy de acuerdo, me parece un aparato feo, sin encanto y caro, caro, caro.
Por lo pronto es mejor esperar un añitos para comprárselo

Araceli Esteves dijo...

Me pregunto si todo lo que nos depara el futuro vendrá en forma de pantalla. Y supongo que si es así, los oculistas se van a forrar.
De momento, conmigo que no cuenten. Me bastan y me sobran las horas que paso pegada a la pantalla del ordenador.
Un abrazo, Fernando.

Fernando Valls dijo...

Araceli, esperemos que haya algo de vida fuera de las pantallas... Pero, lo que parece claro es que las dos profesiones del futuro van a ser, en efecto, la de oculista y la de otorrinolaringólogo (aunque no necesitarán saber nada de la garganta ni de la nariz). O sea, nada de generación de la plica, ni generación Ikea, sino generación de los ciegos y de los sordos. Como en Shakespeare, los locos guiarán a los ciegos... A ver quién nos cuenta esa historia. Esa sí que sería literatura del siglo XXI.

lamarée dijo...

A la pregunta de qué pienso de libro electrónico, ni idea, no he tocado ninguno, aunque Ernest Folch hoy diga que en un mes han vendido 8.000 y la mayoría a un precio inferior a 10 euros, supongo que se refiere al libro-contenido, no al aparatito. Ya se ve que la promoción del tema es económico. No es un tema de discutir de peso, ni de textura, ni de modernez, ni de garabatos, ni de mochilas, ni de oculistas, ni de piratas. Aquí se promueve la idea de que hay un porcentaje diferencial en el coste de la impresión, si es que es posible una comparación sin demagogias, y que es como una zanahoria a repartir, entre muchos. Y si es así, si es un tema de economía, esta vencerá como siempre, y en consecuencia podemos pensar que lo de ahora solo es un primitivo experimento en forma de pequeño electrodoméstico, demasiado parecido al libro-libro a mi entender, y como tal ridículo, lo que demuestra su primitivismo, para iniciar la preparación del diseño de otro aparatazo más complejo. Pero atención a qué en esta guerra de electrodomésticos quién gane puede no ser el autor que solo trabaje solo con las letras.

Blog de prueba de victor 1 dijo...

Esta mañana traté de hacer un comentario sobre mi experiencia con Kindle, pero entre lo que me alargué y la escasez de tiempo, no puede enviarlo. Al final me he decidio a escribir un post en un blog que comencé a principios de año, del cual resumo los puntos más importantes:
- Me interesa principalmente el ebook para leer textos digitales (artículos, textos propios, etc.) que de otra forma no leería nunca: se acumularían en mi ordenador sin leer.
- Los lectores de los que habla Cerrillo son cosas del pasado. En la fecha en la que se publicó su artículo, Amazon vendía dos dispositivos de segunda generación (Kindle2 y Kindle DX), con una funcionalidades mucho más avanzadas de las que cuenta.
- Soy bibliotecario y me encantan los libros en papel, lo cual no quita que no pueda o quiera beneficiarme de las ventajas de usar un lector electrónico, tanto para leer textos científicos como literarios.
- Evidentemente, los lectores mejorarán en el futuro, adquirirán nuevas capacidades, al igual que ocurre con los móviles. Pero no por ello dejamos de tener móviles.

Quiero felicitaros por el animado debate que habeis desarrollado y animaros a que probeis, en la medida de vuestras necesidades y posibilidades, algún lector de libros electrónicos. A mi me sorprendió y a todos los que se lo he mostrado también.

Un saludo!

María dijo...

Pues mi padre -que es historiador y traductor de latín, con varios libros publicados- a sus 81 años (en junio serán 82) lleva un par de semanas dudando si comprarse el modelo de ebook con pantalla táctil o el "normal", dice, porque el táctil tiene la desventaja de que gasta mucha batería. Él, a su edad, no va a esperar a que lo regalen con la nocilla, bromea.
Un abrazo

José Miguel Domínguez Leal dijo...

No pienso comprar el libro electrónico, aunque a veces he leído libros enteros de la biblioteca digital "Gallica" en el ordenador. La pantalla me resulta incómoda, y el libro de papel implica una relación con la materia más cercana a lo humano. El libro normal se presta más, me parece, al ejercicio de la reflexión mientras lo dejas de lado, o jugando entre tus dedos. Cosa que me parece poco probable con un aparato del que tendrás que estar pendiente si tiene batería o no. Un cordial saludo.

La Mancha dijo...

por cierto que es muy curioso que todos los que escriben en los medios sobre esta nueva modalidad editorial,ni por error habla del porcentaje que ha de corresponderle a los escritores y sí del negoción que representará para librerías virtuales, editores, agentes y demás, pero nunca sobre lo que han de ganar los escritores, qu son los que generan los contenidos: ¿es que creen que 25% de royalties para los escritores es justo?
Alguien, o muchos, deberíamos levantar la voz de protesta.

La Mancha dijo...

Perdón, era yo, Juan Carlos Chirinos, desde la cuenta de nuestra "La Mancha".
¡Saludos!
Juan Carlos

Julia dijo...

Sea como sea, cueste lo que cueste, nos deje ciegos o nos devuelva la vista, jamás tendré un aparato de esos. Nada como anotar, subrayar, volver a páginas anteriores, tocarlo, olerlo y quedarte dormida con el libro abierto en la falda.
Está bien ser "modelna", pero hasta donde nos parezca conveniente.
Un mundo lleno de máquinas sería una pesadilla.
¿Y las dedicatorias? ¿Y las ferias del libro?
No voy a ninguna, pero me gusta que los libros viajen.

Blog de prueba de victor 1 dijo...

Me resulta curioso el hecho de la negativa rotunda al libro electrónico. Así me imagino que sería cuando apareció la máquina de vapor, el coche, la fotografía, el cine... Algo así tuvo que producirse cuando la imprenta que le arrebató el monopolio a los manuscritos monacales o el papel al pergamino. Parece que existe el temor a que por adquirir un lector de libros (podríamos decir textos) digitales todos los libros en papel que poseemos y que están en las librerías fueran a esfumarse... ¿No se puede disfrutar del olor de un libro en papel un día de lluvia símplemente por tener un ebook? ¿Es que no puedo llamar por teléfono fijo por tener uno móvil? ¿es que no puedo pasear por la sierra porque en mi ciudad hay un parque? Creo que cada cosa tiene su momento y sus propios objetivos y lo ideal, al menos desde mi punto de vista, es saber adaptarse a cada una de ellas.

Por cierto, ayer no puse el enlace al post contestación al de Fernando Valls, en el que contaba mi experiencia con el lector Kindle. A quien le interese puede leerlo en http://vicmoyoro.wordpress.com/2010/01/20/sobre-el-ebook/.

Fernando Valls dijo...

¿No te parece, Víctor, que el posible rechazo es debido al bombardeo de publicidad, encubierto de información, cuya única pretensión es hacernos consumir? Me imagino que a la mayoría de los que somos lectores, el día que los e-book funcionen bien, tengan un precio razonable y podamos leer en ellos los libros que nos interesan, nadie tendrá inconviente alguno en utilizarlos.

Esther Cabrales dijo...

libros ilustrados
cuentos ilustrados
poetas
¿poesía en e-book?

Blog de prueba de victor 1 dijo...

Efectivamente, Fernando, el exceso de información sobre un producto puede llegar a saturar al consumidor. Con respecto al ebook, y partiendo de que estamos en una sociedad de consumo, creo que es el gran desconocido del mercado tecnológico. Yo creo que eso queda demostrado con la credibilidad que se le ofrece a los que ofrecen información contraria a él, a menudo errónea, como la cita de Cerrillo. En poco menos de un año, el mercado del ebook se ha revolucionado, pero no existe información clara sobre qué son y cómo buscar. A menudo se confunden con "pantallas"; de hecho, se habla mucho de los tablets, que son ordenadores, no libros.

Creo que no hay saturación de información en este caso, lo que si hay es mucha espectación y puede que también mucha palabrería, sobre todo en un mercado como el español donde a las editoriales les está costando dar auténticos pasos a su favor.

Si digo la verdad, más publicidad -también encubierta de "información", o peor, de "cultura"-, veo en la industria editorial tradicional, y parece no molestar tanto. Al fin y al cabo, a esa ya estamos acostumbrados.

Fernando Valls dijo...

Mi pregunta, Víctor, es la siguiente: ¿puedo leer hoy en un e-book las novelas de Muñoz Molina o de Paul Auster; el último libro de poemas de Carlos Marzal o el ensayo sobre la música del XX de Alex Ross? Me temo que la respuesta es no. Por ahora sólo nos dan Dan Brown...

Esther Cabrales dijo...

yes...

Blog de prueba de victor 1 dijo...

Fernando, si sabes dónde venden "El símbolo perdido en formato digital", te ruego que me facilites el enlace, ya que no me importaría leerlo en mi Kindle. Pero la verdad es que no he encontrado ninguna novela actual comercial en formato digital y en español. Sí he visto a Dan Brown en inglés, igual que muchas de Paul Auster. De hecho el primer libro que compré fue de ese autor. Eso sí, en inglés. Y ello porque la industria editorial española no está muy por la labor de arriesgar a que les pirateen sus libros -creo que ese es el trasfondo de la cuestión-, y por eso no nos lo están "imponiendo". Ya que hablas de Muñoz Molina, uno de los best sellers españoles de estas navidades... ¿no es curioso que no lo ofrezcan en formato digital sabiendo que hay 100.000 usuarios de este dispositivo en España deseando de tener libros en nuestro idioma para comprar?

Por cierto, una pequeña aclaración. Creo que no es necesario tener un ebook... No creo que sea imprescindible y me parece totalmente comprensible que haya personas que no se quieran gastar el dinero en ello. Lo que me causa asombro es la reticencia.

Unknown dijo...

Interesante información (sin comentarios personales): el gran escritor y académico de la Lengua Antonio Muñoz Molina tiene un e-libro. En este vídeo lo enseña y presume de él. Ir al minuto 7 ca. del vídeo http://www.elpais.com/videos/cultura/BABELIA/939/casa/Antonio/Munoz/Molina/elpepucul/20091120elpepucul_1/Ves/

Hiperbreves S.A. dijo...

No me atrae el artilugio...

Julia dijo...

Puede que mi rechazo se deba a carecer de TODA la información sobre el libro electrónico. Es que, además, sospecho que con él viene también una selección previa, y no propia, de los libros que estén a nuestro alcance. Las consecuencias que semejante direccionismo podría traer, no nos engañemos si es así, son bien conocidas.
Si no puedo leer, o dejar de leer, lo que quiero, no me interesa.

Anónimo dijo...

hace cosa de un año, una amiga un tanto moderna pero no muy lectora de altas calidades, me pidió una lista de libros buenos, novelas recomendables. en cuanto se la di me la encuentro con una maquinita, el primer aparato que he visto. había conseguido casi todos los libros que le había dicho, salvo aquellos que no habían sido escritos en inglés o que no estaban traducidos al inglés. lo más asombroso es que me dijo que le había salido gratis.

Nicolás

Ofelia dijo...

A mí también me gusta oler un libro nuevo, el tacto, etc. pero parece que nadie sabe lo que es vivir en un pueblo donde la biblioteca pública sólo recibe fondos del gobierno de su comunidad autónoma y en una casa que está saturada de libros.