jueves, 28 de julio de 2011

Un día en Leipzig, 1


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Vía de circunvalación del centro histórico
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Plaza del Mercado, con el Ayuntamiento Viejo al fondo.
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La iglesia de San Nicolás
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Plaza junto a la iglesia de San Nicolás
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Interior de la iglesia de San Nicolás
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Interior de la iglesia de San Nicolás
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Busto de Bach, en el interior de la iglesia
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Antigua escuela de Nicolás
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Iglesia de Santo Tomás
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Iglesia de Santo Tomás
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Monumento a Bach
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Café Riquet, con sus cabezas de elefantes
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Monumento a Goethe, con el antiguo edificio de la bolsa al fondo
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Vista del Ayuntamiento viejo, en la plaza del Mercado
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En Leipzig, un día de verano con sol, el mercadillo de frutas y verduras ocupa la plaza del viejo ayuntamiento. En esta época es obligado comprar cerezas. Las terrazas están llenas de gente que comen o chupetean helados. Leipzig y Dresde son las dos grandes ciudades de Sajonia, cuya frontera limita con Polonia y la República Checa. En la historia de la antigua ciudad del este, que hoy tiene casi medio millón de habitantes, pesan sobre todo sus ferias comerciales, el importante desarrollo de la industria del libro, de las artes gráficas, iniciada en el siglo XV (el primer libro impreso, por M. Brandis, data de 1480; en 1660 aparece a la venta el primer periódico del mundo; y en 1682 la primera revista especializada), y por último, sus hijos ilustres, tanto los nacidos en ella (el pintor Max Bechmann) como los que por alguna razón vivieron en la ciudad durante algún período de tiempo como el filósofo Leibniz, los músicos Bach, Mendelsson-Bartholdy, quien pasó los últimos años de su vida en la ciudad, o Wagner, y el escritor Goethe. Excepto al autor de Tristán e Isolda, a los demás la ciudad les ha dedicado un monumento que es necesario visitar. El del autor de Werther está delante de la antigua bolsa. ¿Qué más hay que ver? Desde luego, la amplia plaza del mercado; el ayuntamiento viejo porticado, renacentista; las diversas galerías comerciales; las iglesias de San Nicolás y Santo Tomás, y el Museo de Bellas Artes. En ambas iglesias tocó Bach. Frente a la primera se haya la vieja escuela municipal donde estudiaron Leibnitz, Goethe y Wagner. En San Nicolás se reunían los lunes los opositores al régimen comunista que acabó con la marcha pacífica del 9 de octubre, en la que participaron 50.000 personas, anticipo de la caída del muro en 1989. Mientras que la iglesia de Santo Tomás, fundada en 1212 por los agustinos, es famosa por su coro de jóvenes, Thomanerchor, dirigido durante más de veinte años por el autor de los Conciertos de Brandenburgo, quien yace enterrado aquí. Los viernes por la noche y los sábados por la tarde puede oírse cantar al coro. Junto a la iglesia, está el monumento y el museo dedicados al músico.
 
* Las fotos son de Gemma Pellicer y de Luis Matilla.
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5 comentarios:

Esther Andradi dijo...

Leipzig y DRESDEN,(y no Bremen) seguramente quisiste decir, querido Fernando, son las dos ciudades más grandes del estado de Sajonia. Bellas ambas, (y Bremen también, pero está en Occidente), mil gracias por ese recorrido fotográfico de Leipzig!
Un abrazo
Esther

Fernando Valls dijo...

Claro, Esther, ¡valiente despiste! Gracias.

Julia U dijo...

Qué buena imagen habéis. Se tiene la impresión de que lo antiguo y lo moderno (pasado y presente) se hermanan sin esfuerzo. A esta forma de vida se le puede llamar cultura: nada ni nadie sobra.

jJulia U dijo...

Fernando, dedo tocó la tecla equivocada y se ha comido la palabra dado.

meg dijo...

Magnífico reportaje sobre Leipzig. Despiertas las ganas de viajar hasta allí. Yo acabo de volver de Salzburgo y me la ha recordado punto por punto.
Por cierto, Bremen, la capital de la Liga Hanseática, es una d elas ciudades más bonitas de Alemania.