viernes, 27 de julio de 2012

Secretos en los Balcanes, por Antonio Costa Gómez

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Desde hace millones de años anguilas del Caribe atraviesan el Atlántico, entran en el Mediterráneo, pasan al  Adriático, suben por el río Drin a través de Albania, y llegan al lago Ohrid, entre Albania y Macedonia.  Pasan allí unos años, regresan al Caribe a desovar, y sus crías instintivamente rehacen el mismo camino. Nosotros, como ellas, buscamos un secreto en el corazón de los Balcanes. Quisimos visitar países intactos, desconocidos, que no pateen millones de turistas con bermudas. En el norte de Grecia hay monasterios en lo alto de rocas gigantescas, ciudades pintorescas junto a lagos, Tesalónica donde Borges perdió una llave secreta. En Albania hay castillos en las montañas, ríos salvajes, ciudades medievales. En Macedonia hay cargamentos de coñac enterrados por el ejército francés en la primera guerra mundial, un santo cuyo corazón late en su tumba después de mil años, una ciudad donde Juan de Stobi preservó en una enciclopedia toda la cultura antigua.
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Meteora, norte de Grecia
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Las etapas fueron:
1) Atenas, tomar cerveza Mithos en el café de Melina Mercuri, encontrar  la firma de lord Byron en el templo de Poseidón en el cabo Sunion, contemplar la estatua de Adriano en el ágora antigua.
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2) Meteora, mirar un paisaje galáctico de rocas gigantescas, visitar monasterios en lo alto de ellas, tomar retsina con mamá Zorba mientras chillan las cigarras.
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3) Ioannina, admirar la ciudadela donde Alí Pachá resistió a los turcos, pasear las calles donde lord Byron fue su invitado, visitar  un monasterio fantástico en una isla en el lago.
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Girocaster, Albania
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4) Girokaster, Albania. Subir entre casas de piedra hasta el castillo, seguir el río Viosa salvaje hasta Permeti, mirar el relieve que recuerda la visita de lord Byron en  Tepelene.
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5) Berat. Subir entre mil ventanas hasta el castillo, descubrir los iconos donde Onufri puso una expresión melancólica misteriosa ,  tomar cerveza junto al río Osumi.
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6) Tirana. Mirar la movida increíble en el antiguo barrio de los dirigentes comunistas, observar el atardecer sobre la bellísima mezquita, bañarse en una playa virginal al norte de Durres.
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Ohrid, Macedonia
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7) Ohrid, Macedonia. Recorrer los laberintos que bajan hacia el agua, recibir la belleza sobrecogedora del lago, tomar vino sobre el agua con el cuidador de una iglesia recordando la antigua Yugoslavia.
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8) San Naum. Poner el oído en la tumba para escuchar el corazón del santo, observar  las fuentes del río Drin, sentir como el lago te transfigura.
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9) Skopie. Vagar por el caos del barrio turco,  observar el arte desmelenado por las calles, mirar a Alejandro Magno flotar entre música y agua en la plaza.
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10) Tesalónica. Pasear junto al mar hasta la Torre Blanca, vivir la cultura de los cafés, mirar  san Demetrio donde galerías flotan sobre galerías. Y un tren a Atenas y volar a Madrid.
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* Antonio Costa Gómez (Barcelona, 1956) ha publicado novelas como Las campanas o La calma apasionada,  libros de cuentos como La reina secreta o El tamarindo, y ensayos como Las fuentes del delirio. Su obra  ha sido traducida al rumano y al francés. Ha conocido las noches de cuatro continentes; sueña con visitar un día la tumba de Stevenson en Samoa, ha seguido las huellas de Rilke por todas partes. Para vivir intenta hablarles de Cernuda a los adolescentes en un instituto público. 
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* Las fotos son de Consuelo de Arco.
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1 comentario:

Beatriz AA dijo...

Qué recorrido tan interesante y poco conocido... Desde que vi una película italiana de dos tipos que van a hacer alguna tropelía a Albania y uno de ellos se queda sin documentación y con dificultades para salir de allí... (el título era Lamerica, Gianni Amelio, 1994), la sensación que se transmitía del país era de un lugar difícil... pero con tanto tiempo que ha pasado me imagino que ahora se puede recorrer y explorar como tú has hecho.

Gracias por proponer un decálogo de hitos en la carretera.

Saludos Antonio y Consuelo.